El mobiliario está en el corazón de la experiencia del cliente en un salón de peluquería o estética. Cada día, las sillas giran, los lavacabezas están expuestos al agua y a los productos químicos, y las tocadores sirven de soporte a multitud de herramientas y accesorios. Con el tiempo, sin un mantenimiento adecuado, incluso el mobiliario más robusto acaba mostrando signos de desgaste.

Aquí tienes algunos consejos simples y eficaces para mantener en buen estado tu equipamiento profesional a largo plazo.

Cuidar las sillas de peluquería

La silla es mucho más que un simple asiento: es donde el cliente pasa la mayor parte del tiempo. Para conservar su comodidad y apariencia:

• Limpia a diario los asientos y reposabrazos con un paño suave y un limpiador no abrasivo, sin alcohol. Esto evita grietas en el cuero sintético o materiales similares.

• Revisa el mecanismo hidráulico. Una vez a la semana, asegúrate de que la bomba funcione correctamente. Si notas ruidos o resistencia, unas gotas de lubricante de silicona pueden resolver el problema.

• Inspecciona tornillos y fijaciones una vez al mes. Un simple ajuste puede prevenir muchos inconvenientes.

• No olvides alternar el uso de las sillas siempre que sea posible, para limitar el desgaste localizado.

Lavacabezas: entre comodidad y cuidado

La humedad, los residuos de productos capilares y las variaciones de temperatura pueden dañar los lavacabezas si se descuida su mantenimiento.

• Seca la cubeta después de cada uso, sobre todo si se han utilizado tintes o aceites.

• Para prevenir la cal, limpia regularmente los grifos y duchas con una mezcla de agua tibia y vinagre blanco.

• Verifica las mangueras de entrada y salida. Una manguera agrietada o mal fijada puede convertirse rápidamente en una fuga.

• No descuides la comodidad del cliente: desinfecta los reposacabezas y asegúrate de que no estén deformados.

Un lavacabezas bien cuidado también supone un entorno de trabajo más agradable para el equipo.

Tocadores y almacenaje: para una higiene impecable

A menudo en segundo plano, los tocadores cumplen un papel esencial. Están expuestos a herramientas calientes, aerosoles y polvo de cabello, de ahí la importancia de un mantenimiento regular:

• Limpia los espejos con un producto sin amoníaco para evitar marcas y mantener el brillo.

• En superficies lacadas o de madera, evita los productos corrosivos. Un paño ligeramente húmedo suele ser suficiente.

• Una vez por semana, vacía los cajones, aspira el polvo y desinfecta los tiradores.

• Para proteger tus muebles, utiliza alfombrillas termo-resistentes debajo de planchas, cortadoras o secadores.

La limpieza del área de trabajo inspira confianza y fomenta la fidelidad de los clientes.

♻️ Adaptar el mantenimiento a los materiales

Cada mueble tiene sus propias exigencias. Saber cómo tratar cada superficie ayuda a evitar daños irreversibles:

• El cuero sintético requiere cuidados especiales: nada de alcohol ni toallitas desinfectantes agresivas. Opta por lociones neutras o agua jabonosa suave.

• La madera, ya sea natural o barnizada, no tolera la humedad prolongada ni los choques térmicos. Seca rápidamente las salpicaduras y evita colocar herramientas calientes directamente sobre la superficie.

• El metal cromado se mantiene fácilmente con un paño de microfibra y un poco de vinagre diluido. Esto previene la corrosión y devuelve el brillo.

Preservar la imagen de tu salón

Un mobiliario limpio, en buen estado y bien cuidado envía un mensaje silencioso pero poderoso: eres un profesional que se preocupa por la comodidad de sus clientes. En cambio, una silla manchada, un tocador rayado o un lavacabezas lleno de cal pueden dañar tu reputación.

Adoptando una rutina sencilla y regular, prolongas la vida útil de tu equipamiento al tiempo que refuerzas la estética y la identidad de tu salón.

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